París, al igual que la mayoría de las ciudades importantes del mundo, posee rascacielos que muestran los avances de la arquitectura y le brindan un toque de modernidad a las antiguas metrópolis.
En París la Torre de Montparnasse representa esa arquitectura moderna a través de sus 210 metros de altura, convirtiéndose en un sitio ideal para observar la ciudad desde las alturas, inclusive para muchos son mejores las vistas desde este edificio que desde la famosa Torre Eiffel.
Historia de la Torre
La historia de la Torre de Montparnasse, comienza en 1958 cuando se inician los trabajos de reestructuración del barrio de la estación que llevaba el mismo nombre. Un proyecto urbanístico monumental para la época que incluía dentro de los planes el traslado de la antigua estación de trenes y la eliminación de varias callejuelas muy antiguas.
Ante tal acontecimiento de urbanización era necesario celebrar el acontecimiento y nada mejor que hacerlo con la construcción de una gran torre.
Así, se encargó su diseño a Eugène Beaudouin, Urbain Cassan, Louis Hoym de Marien y Jean Saubot, iniciándose las obras de construcción en el año 1969 y terminándose varios años después en 1973.
La torre cuenta con 59 plantas, una altura de 210 metros y su construcción trajo aparejados varios problemas a sus constructores, tanto por la gran altura como por el tipo de subsuelo y el hecho que el Metro pasaba por debajo de la misma torre, por ello debieron utilizarse 56 pilares colocados a 62 metros de profundidad como una forma de darle mayor estabilidad.
En esa época el Montparnasse llegó a ser el edificio de acero y vidrio más grande de Europa y el proyecto, como no podía ser de otra forma en una ciudad como París, causó una gran polémica ya que los habitantes decían que desentonaba con el entorno clásico en el que se encontraba.
Como todo monumento que se precie la Torre de Montparnasse también tiene su propia leyenda y en este caso tuvo como protagonista a un músico famoso que según se dice compró una de las plantas antes que comenzara a construirse el edificio. Pero como tenía un piano de cola muy grande, que no sería posible entrarlo al edificio una vez terminado, según se cuenta primero se instaló el piano dentro de la obra y al llegar a la planta adquirida por el músico lo colocaron allí y siguieron adelante con la construcción.
Actualidad
En la actualidad, la torre es célebre en la ciudad y forma parte de su más tradicional paisajes, siendo posible visitarla llegando hasta el piso 56 y desde allí descubrir una imagen totalmente diferente de París.
Hoy, más de cinco mil personas trabajan en las diversas oficinas que funcionan en el edificio mientras que se calcula que más de setecientas cincuenta mil personas lo visitan cada año para llegar hasta su gran terraza y poder admirar desde allí los monumentos más emblemáticos de París.
Sus ascensores son muy veloces y calificados como los más rápidos de toda Europa. En pocos segundos ya se encuentra en el piso 56 donde los turistas descienden para disfrutar de las panorámicas vistas a través de inmensos ventanales y también aprender algunos datos curiosos relacionados con la ciudad, gracias a las aplicaciones multimedia que existen instaladas en el lugar.
Para quienes desean tomar algunas fotografías con mayor nitidez es aconsejable que subir hasta el piso 59 donde sin cristales de por medio las instantáneas son perfectas.
El edificio cuenta además con el “360 Café”, el bar panorámico más alto de París donde es posible degustar alguna de las delicias gastronómica de la cocina francesa, además de varias tiendas de regalos y salas que se alquilan para eventos especiales.