París es la ciudad perfecta para quienes gustan de visitar museos ya que los hay de todo tipo y de todas las épocas, desde los que funcionan en edificios modernos hasta aquellos que se ubican en mansiones antiguas, palacios o castillos.
Es el caso del Museo Marmottan Monet albergado por una antigua mansión que fuera edificada en el pasado como un pabellón de caza a pedido del Duque de Valm.
Este espectacular edificio guarda en su interior una de las colecciones más importantes y completas del mundo de arte impresionista, destacándose las obras del célebre Monet.
El museo nace con la compra del pabellón de caza del Duque de Valmy en 1882 por Jules Marmottan. Al morir su hijo decidió realizar importantes reformas en el edifico y guardar allí la colección de arte del Primer Imperio Francés que era de su propiedad.
Al morir en 1932 dejó como legado a la Academia de Bellas Artes francesa tanto el conjunto de sus colecciones como su palacete y una fantástica biblioteca, produciéndose la inauguración oficial del museo en 1934.
Este patrimonio artístico fue incrementándose con el paso de los años gracias a una gran cantidad de donaciones privadas que comienzan en 1957 cuando el museo recibe la colección de Victorine Donop de Monchy.
En 1966 Michel Monet, hijo del pintor, legó a la Academia de Bellas Artes francesa tanto su propiedad de Giverny como la colección de pinturas que había heredado de su padre, dotando así al museo con la mayor y más importante colección de obras del célebre Monet que existen en el mundo.
Fue así que se construyó una sala para exponer las obras de Monet siendo el arquitecto Jacques Carlu el encargado de realizar el diseño del lugar inspirándose en las decoraciones de la Orangerie de las Tullerías.
El museo en sí mismo es ya una obra de arte debido a que la espléndida mansión se encuentra decorada con muebles de estilo imperio y elementos que pertenecieron a la época napoleónica.
El patrimonio del museo también fue incrementado en nuevamente en 1980 cuando Daniel Wildenstein regaló la colección de iluminaciones de su padre y en 1987 con las colecciones que pertenecieron a Henri Duhem y su esposa Mary Sergeant, donadas por su hija Nelly Duhem.
Posteriormente en 1996 se creó dentro del ámbito del museo la Fundación Denis y Annie Rouart, cumpliendo así los deseos de su benefactora, época en que se enriquecieron las colecciones ya existentes con obras de Berthe Morisot, Edouard Manet, Edgar Degas y Henri Rouart.
Un recorrido por sus salones permitirá al visitante disfrutar de una gran variedad de obras de artistas impresionistas de renombre como Pizarro, Rendir, Sisley y Manet, además de las ya mencionadas de Monet.
Asimismo, una de las estancias más bellas e interesantes es la Sala Wildenstein. Alli, puede contemplarse un magnífico conjunto de textos y manuscritos que fueron creados entre los siglos XIII y XVI, un verdadero descubrimiento para los amantes del arte pero también de la historia.
El Museo Marmottan Monet se ha convertido en una de las mejores colecciones de pintura impresionista ganando un lugar de prestigio ya que representa de forma excelente este movimiento, a través de más de trescientas pinturas, acuarelas, pasteles y hasta esculturas, completando la muestra pinturas de la época napoleónica, estatuas de bronce y variadas piezas de mobiliario.
El lugar cuenta también con una tienda y librería que es de acceso libre diariamente con excepción de los lunes. Allí es posible adquirir libros sobre los impresionistas y libros infantiles disponibles en varios idiomas, además de souvenirs.