Sus excelentes colecciones de armas representan desde las utilizadas durante la Edad Media hasta las más sofisticadas de la Segunda Guerra Mundial. Un espacio menos famoso pero igual de increíble el Museo del ejército de París, es una invitación a recorrer la historia y las gestas bélicas más importantes y emblemáticas de la humanidad.
Este peculiar museo ofrece a sus visitantes la posibilidad de ver banderas, banderines, estandartes además de pinturas y magníficas armaduras, muchas de ellas hechas a medida como la de Francisco I y formando parte de una de las colecciones más importantes de este tipo que existen en el mundo.
Gran variedad de piezas de artillería y cañones se suman a una enorme cantidad de armaduras que se exponen en este Museo del ejército, situado dentro del antiguo Palacio Nacional de los Inválidos, un magnífico edificio construido en el siglo XVIII que alberga además la tumba del célebre Napoleón.
Mandado a construir por Luís XIV para albergar un hospital y casa para refugio de los soldados discapacitados, que llegaban de la guerra, con el paso del tiempo el edificio dejó de ser utilizado para esta función y pasó a albergar desde 1905 el Museo del ejército de Francia y la tumba de Napoleón, luego que se realizara también, la unificación del Museo de Artillería y el Histórico del Ejército.
Son más de quinientos mil objetos militares de todo tipo que atraen la curiosidad de los amantes de las armas y de todo aquello que se relaciones a guerras famosas, sumándose a este atractivo la posibilidad de conocer la Tumba de Napoleón donde descansan los restos del célebre emperador desde 1861, luego que sus restos fueran repatriados de la Isla de St. Helena a Francia por orden del Rey Luís Felipe.
La tumba, diseñada por el arquitecto Visconti fue edificada en porfiri rojo y una base de granito verde que a su vez se encuentra rodeada de una corona de laurel y las inscripciones de las victorias del Imperio.
La ubicación estratégica del Museo del ejército, en el Palacio Nacional de los Inválidos ha hecho que con el tiempo el lugar adquiriera mayor notoriedad.
La cronología con la cual se encuentran dispuestas las colecciones de los diversos objetos, con dos grandes zonas dedicadas a la Primera y Segunda Guerras Mundiales, hacen que la visita se transforme en un verdadero recorrido por la historia, admirando por ejemplo, las más de cien maquetas que representan las localizaciones de diferentes fuertes puntos centrales y estratégicos de las conquistas de Luís XVI.
Recorrerlo en su totalidad puede llevar varias horas, pero vale la pena hacerlo ya que se trata de una muestra excelente y muy bien diseñada.