Ubicado en el corazón de Marais una bella mansión alberga el Museo Cognacq-Jay que propone a sus visitantes disfrutar de una excelente colección privada perteneciendo a quien fuera el fundador de la gran tienda de la Samaritaine, llamado Ernest Cognacq-Jay, gran admirador del arte del siglo XVIII.
La colección
La colección que presenta el Museo Cognacq-Jay se encuentra compuesta por obras diversas como los dibujos de Watteau, esculturas diversas y varios objetos preciosos como joyas y hasta hermosas caja de tabaco.
El museo se distingue por su ambiente que recrea el de una casa parisina del siglo XVIII y las colecciones que conserva, reunidas entre los años 1900 y 1925 fueron donadas a la ciudad de París por Ernest Cognacq-Jay y su esposa Marie-Louise Jay.
Esta peculiar pareja, fundadora de los grandes almacenes de la Samaritaine, invirtió gran parte de su fortuna en la adquisición de obras y objetos de arte, pero con una predilección especial por aquellos pertenecientes al siglo XVIII francés.
Así, quienes visiten el Museo Cognacq-Jay tendrán la posibilidad de admirar pinturas y esculturas de grandes artistas como Lemoyne, Chardin y Fragonard y también de otros menos conocidos como Saly y Lavreince, además de gran variedad de mobiliario compuesto por cómodas, canapés y camas y objetos de arte decorativo que reflejan el entorno de la vida de una sociedad elegante de la época.
La historia de Ernest Cognacq muestra su infancia y juventud trabajando en diferentes tiendas importantes de París antes de fundar su propio negocio ubicado en la calle Rurbig, donde no tuvo demasiada suerte y esto lo llevó a intentarlo nuevamente hasta que en 1871 crea los grandes almacenes de La Samaritaine.
De espírituo innovador contrató al arquitecto Franz Jourdain para realizar el diseño de sus tiendas todas en estilo Art Decó y Art Nouveau. Ya en su etapa de mayor prosperidad él y su esposa se dedicaron a financiar importantes obras culturales como el Museo de Historia Local, el jardín Botánico Alpino Jaysinia, además de ayuda a hospitales, hogares y otras obras de beneficencia.
El museo cuenta con cinco plantas y en cada una de ella existen salas que exhiben diferentes obras de arte y se destacan las habitaciones que guardan la decoración clásica del siglo pasado.
El Museo Cognacq-Jay no es demasiado grande pero sus colecciones son variadas y de gran interés sobre todo para los amantes del arte francés del siglo XVIII