Situada en lo alto de la colina del antiguo y encantador barrio parisino de Montmartre, se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón, uno de los sitios casi obligados para quienes visitan París.
El origen de esta Basílica data del año 1870 y la historia la describe como el templo edificado en homenaje a la memoria de los ciudadanos franceses que perdieron sus vidas en ocasión de la Guerra Franco-Prusiana, siendo una forma de purgar los pecados cometidos en la época por la Comuna de París.
En la época, Francia estaba en guerra siendo una de las peores épocas del país galo, sobre todo teniendo en cuenta que su territorio se encontraba en gran parte ocupado por el enemigo y se sumaba a esto el hecho que las relaciones con el Vaticano también se habían debilitado y estaban pasando un mal momento.
Las creencias populares comienzan entonces a hacerse escuchar afirmando que las desgracias de Francia se suceden como consecuencia de un castigo de Dios y no tanto a una política internacional equivocada. De allí, la idea de construir un templo que propiciara la posibilidad de redimirse ante Dios y fueran así perdonadas sus faltas.
Tomando en cuenta estos argumentos el Cardenal Guibert aprueba en 1872 la construcción de una iglesia, optando por el barrio de Montmartre como el lugar más conveniente, siendo entonces ordenada su construcción por la Asamblea Nacional en 1873. Se abrió entonces un concurso donde se presentaron una gran cantidad de profesionales ganando el mismo el arquitecto Paul Abadie y colocándose la piedra fundamental a inicios de 1875.
Este templo católico fue dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, un culto que fue ganando popularidad después de 1873, coincidiendo con la primera peregrinación a Paray-Le-Monial, Borgoña, lugar donde se dice que las primeras revelaciones fueron recibidas con el propósito de alentar la oración al Sagrado Corazón
Sin embargo, la edificación de la Basílica del Sagrado Corazón llevó casi cuarenta años en ser terminada, a pesar que fue consagrada en 1891, siendo realizada la totalidad de la obra con el dinero obtenido a través de colectas públicas, encontrándose los nombres de todos aquellos que hicieron su donación, inscriptos en la piedra del templo.
Concluida su construcción en 1914, fue consagrada como Basílica recién en 1919, al finalizar la Primera Guerra Mundial, convirtiéndose en un sitio de peregrinación y un santuario que es visitado cada año por miles de peregrinos que llegan de todas las regiones de Francia y también del mundo.
De estilo arquitectónico románico-bizantino, la Basílica del Sagrado Corazón se inspiró en una iglesia románica situada en St-Front en Périgueux (Dordoña).
Su pórtico compuesto de tres arcos se encuentra coronado por dos estatuas ecuestres de bronce que representan los Santos nacionales de Francia, Juana de Arco y el rey San Luis IX, obra diseñada por Hipólito Lefebvre, destacándose además su portal principal con grandes puertas de bronce y diseños de follaje.
Totalmente construida en piedra de tipo travertino muy resistente a las inclemencias del tiempo y al paso de los años, este material hace que sus paredes se tornen cada vez más blancas.
El interior de la Basílica se destaca por ser oscuro y sombrío con excepción del ábside donde se encuentran los mosaicos dorados que producen un efecto de brillo en la estancia.
Un diseño realizado por Luc-Oliver Merson en 1922 y es el más grande que existe en el mundo, representando a Cristo y el Sagrado Corazón de Jesús que es adorado por la Virgen María, Juan de Arco y San Miguel Arcángel.
Su planta tiene forma de cruz griega de brazos iguales y se destaca una gran cúpula sobre el crucero, además del enorme coro con sus once arcos de medio punto.
El altar de bronce está basado en el de la Abadía de Cluny, Borgoña y el Santísimo Sacramento se encuentra custodiando el altar mayor.
La cúpula se encuentra sostenida por ochenta columnas, cada una cubierta con un capitel diferente y en la cripta es posible admirar estatuas de varios Santos.
Una gran campana la “Savoyarde” hace referencia a la época en que Saboya se anexó a Francia y el material con el que fue construida, esta pesada campana de 19 toneladas, fue fundido en Annecey en 1895.
Cómo llegar
Para llegar hasta la Basílica del Sagrado Corazón, en lo alto de la colina de Montmartre, puede utilizarse el denominado Montmartrobus que realiza una ruta circular desde Place Pigalle hasta la cima de la colina. También, es posible utilizar las escaleras y hacer un paseo tranquilo admirando el entorno de gran belleza, o en su defecto usar el funicular de Montmartre que realiza el trayecto desde Place Suzanne-Valadon a Place Willet, debajo del templo.
Luego de visitar la Basílica es recomendable recorrer la plaza del lugar y sus alrededores que siempre colmado de turistas y parisinos, donde el ambiente es agradable sobre todo por sus animadas terrazas y sus calles adyacentes que invitan a un paseo y a deleitarse con la presencia de los pintores y artistas urbanos que crean sus obras y hacen retratos de quien lo deseen, un estilo por el que el lugar es conocido como el Barrio de los Pintores.