La basílica de Saint-Denis, en la localidad del mismo nombre al norte de París, se ha hecho célebre por diferentes razones, una de ellas se debe a que es la primera edificada en estilo gótico y a pesar de poseer el estatuto que la distingue como catedral desde el año 1966 sigue de todas formas siendo una abadía.
El primer obispo de París y Santo Patrón de Francia San Dionisio fue sepultado en el sitio que luego sería el lugar elegido para construir la abadía en su honor.
Este grandioso templo se distingue por varios motivos entre ellos en su interior abunda la luminosidad gracias a las vidrieras coloridas que posee, considerándose el área más importante de la basílica la formada por el deambulatorio, el coro y la cripta, todos ellos forman parte del gran museo donde se encuentran expuestas las tumbas de los reyes de Francia, como Luis VIII el León, Felipe IV el Hermoso, Isabel de Baviera y Ana de Austria entre otros personajes históricos.
En la actualidad siguen celebrándose en la Basílica de Saint-Denis ceremonias religiosas y para ello se encuentra dedicada la nave principal del templo, con la salvedad que durante la misa el museo permanece cerrado al público.
Historia de la Basílica Saint-Denis
La historia de esta basílica es tan extensa como su vida, ya que desde la época del Bajo Imperio existía un cementerio en Saint Denis y durante el siglo IV se construyó un mausoleo exactamente en el sitio donde hoy se encuentra el altar mayor.
Santa Genoveva adquirió las tierras próximas en el siglo V y ordenó construir allí una iglesia que luego fue ampliada siendo el sitio donde fue sepultado el cuerpo de San Dionisio primer obispo de París, casi un siglo después se comenzó la construcción de otro santuario pero esta vez por orden de Pepino el Breve y posteriormente durante la llamada época carolingia fue edificada una iglesia con tres naves.
A través del tiempo sobrevinieron las reformas del edificio hasta que a mediados del siglo XII el abad Suger ordena derribar la iglesia carolingia y construir en su lugar una iglesia católica que fue adquiriendo con el tiempo mayor importancia y gracias a Suger también se convirtió en una necrópolis real.
Con la muerte de Hugo Capeto la basílica comenzó a albergar las tumbas de los reyes de Francia con excepción de la que contiene los restos de Felipe I que se encuentra en el monasterio de Saint-Benoit-sur-Loire.
En la antigüedad los reyes de Francia llegaban hasta Saint Denis a orar y llevar de allí la bandera antes de ir a las cruzadas y fue Dagoberto I el primero en expresar su deseo de ser sepultado en San Denis.
Durante 1793 las sepulturas fueron profanadas y los restos de los cuerpos de los reyes se enterrados en un túmulo, hasta que Napoleón Bonaparte ordenó las primeras restauraciones durante el año 1805 y en 1816 Luís XVIII ordenó la reconstrucción total de la necrópolis real siendo devueltos a la cripta los restos de los Borbones.
Entre las diversas obras de arte que es posible admirar en la Basílica de Saint-Denis, se encuentra el primer Órgano obra de Aristide Cavaillé-Coll en 1840 es considerado hoy como uno de los más hermosos instrumentos que existen en Francia.
En la actualidad, es posible visitar la Basílicade Saint-Denis y recorrer sus amplios espacios que se encuentran divididos en dos sectores, uno de ellos la nave y los laterales que sirven de iglesia y donde se realizan las ceremonias religiosas y el otro sector es el formado por el coro, deambulatorio y la cripta que alberga el museo con las tumbas de los reyes y reinas franceses, además de otros personajes de la historia del país.